Llega la Noche de Bodas… ¿qué hago? :: ENFOQUE DE VIDA por Marángel Clemente

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“Los seres humanos estamos hechos de manera tal que, cuando buscamos nuestra propia felicidad, esta se nos desvanece de las manos.” –Ida Craddock (1857-1902)


Llega la Noche de Bodas… ¿qué hago?

Por Marangel Clemente

Por generaciones, el tema del sexo resulta delicado al punto de la prohibición. Mientras que la Historia de la Humanidad evoca tiempos en los que el sexo y todos sus derivados se consideraban sagrados como producto de la Madre Naturaleza, nuestros más recientes antepasados, entiéndase la Edad Media, se encargaron de casi desvirtuar el esencia del sexo hasta convertirlo en algo denigrante e incluso sucio… La mujer, si quería ser buena, tenía dos opciones: entregarse al celibato, o dedicarse a tener hijos.

Con el reconocimiento de los derechos de la mujer, resurge una perspectiva más balanceada en torno a las relaciones sexuales o maritales. La relación sexual es una relación, una correspondencia, una conexión entre dos personas. Amerita y requiere participación de ambos, preferiblemente por igual. Obviamente, la comunicación es vital y precisamente ahí estriba el problema… estamos programados a pensar que el tema del sexo es uno indebido, inapropiado, de mal gusto y no apto en particular para personas que se estimen decentes.

Claro que esta opinión no surge en un vacío. Lo que cierto segmento de la industria del entretenimiento ha hecho del sexo bien merece tales descripciones y muchas otras menos positivas.. La imagen del sexo como objeto que se proyecta a través de la industria pornográfica ha sido exitosa en llevar el mensaje de que el sexo no conlleva relación alguna. De que lo más importante es el placer del individuo en primera persona y de que, finalmente, es una cuestión biológica en la que predominan los sentidos ante el brindar placer o bienestar a otra persona. Este sexo como producto comercial ha desplazado en la mente de muchos la esencia original del sexo como símbolo o ritual donde se demuestra el amor de una pareja. Donde resumimos esas experiencias vividas en conjunto como pareja para sintetizarlas con la mayor intensidad de nuestra pasión. Pasión, que también ha venido a ser reemplazada por la impersonal y banal lujuria. A lo bueno llamarán malo, y a lo malo bueno.

Es natural la confusión cuando llega entonces el momento de demostrar nuestro amor en el plano físico, que está llamado a reunir toda clase de amor en un solo momento… Nos hemos desvirtuado a pensar en el amor espiritual como separado del físico por culpa precisamente de todo este contexto desvirtuado que, en lugar de glamorizar el sexo, lo ha caricaturizado al punto de convertirlo en un acto mecánico, que ni siquiera puede llamársele animal, porque hasta los animales guardan sus ritos sexuales y llevan un orden con el cortejo y el pelear por la prenda amada.

Y si encima le sumamos a esta debacle aparentemente caótica, el hecho de nuestras benditas y dispares hormonas masculinas y femeninas, pues en verdad que es mucha la sicología necesaria para esa noche de bodas. Para esa nueva vida juntos que apenas empieza..

Pero no todo está perdido, claro… En primer lugar, hay amor, con amor, todo es posible. En segundo lugar, está el genuino deseo de compartir con ese ser amado, por el cual hemos esperado con fidelidad. Y, en tercer lugar, están la curiosidad y la anticipación. Para ayudarles en este último renglón, incluimos unos consejitos y orejitas. Claro, siempre recordando que no hay mejor sentido que el sentido común y esa vocecita interna de la intuición que se levanta tantas veces y tan pocas veces le hacemos caso:

1. No dé órdenes, dé sugerencias. Intente comenzar sus oraciones con qué tú crees, mira a ver si puedes, me parece que… La gentileza y el tacto son críticos, no solo envían un mensaje constante de que verdaderamente consideramos, y amamos, a la otra persona, sino que mantenemos un ambiente relajado y abierto a posibilidades. Esta es una noche de aventuras y de exploración.

2. No juzgue nada. Al menos manténgase abierto a la idea de considerar otras opciones. Si usted es fundamentalista, le recomiendo que relea detenidamente El Cantar de los Cantares de Salomón, considerado el libro más erótico de la Biblia. Dios está en todo, la realidad es que el acto sexual está diseñado para ser un ritual sagrado.

3. Visualice su noche de bodas. Una buena forma de minimizar la ansiedad es realizando quizás un acto de meditación a través del cual se visualice en detalle su noche de bodas… Desde que salen de la iglesia y toman su avión (según el caso) hasta que llegan a su habitación nupcial. Luego, cuando llega esa noche, es el momento de canalizar esas expectativas.

4. Sea realista. Una cosa es visualizar la noche de bodas y otra es tener unas expectativas tan altas que solo lleven a la frustración, en especial si es la primera experiencia sexual para ambos o para uno de los dos. Los errors tienen que ser admitidos, son parte del proceso y en ningún momento equivalen a fracaso. Si algo bueno tiene el sexo es que requiere mucha práctica.

5. No fume ni beba. Si tiene el hábito de fumar o de beber refrénelo o minimízelo en lo más posible durante esta noche. Estudios relacionan el beber en exceso con impotencia en el varón… y creo que como mujer, al menos esa noche, nos vemos más primorosas si estamos absolutamente concientes del momento, del acto…

6. Asegúrese de tener música apropiada, el ambiente indicado. Velas aromáticas si es posible. No es el momento de poner coritos de la Iglesia, por favor, todo tiene su tiempo.

7. Hablen en todo tiempo, estén en común acuerdo. ¿Van a usar anticonceptivos? ¿Cuán liberales o conservadores son como pareja? ¿Qué están dispuestos a tratar? Es importante que, si deseas experimentar algo con tu pareja, LO HABLES… no pretendas que él o ella imagine o sepa lo que quieres por el solo hecho de que se aman. Es amor, no telepatía.

8. Mantenga un frasco de aceite de bebé o de masajes cerca. Es natural y se espera que en la primera noche haya problemas de penetración. Un frasco de aceite o lubricante natural puede salvar el momento si lo mantienes cerquita.

9. Sea gentil. Sobre todo el varón que a veces va a la noche de bodas con cierta experiencia. Todo con calma se aprende. Sea un maestro paciente, esa va a ser su discípula por buen tiempo. No la espante en el primer día, o la primera noche, de clases.

10. Prepare ropa de dormir y ropa interior adecuada. Sobre todo las féminas, este no es el momento de ponerse la ropa interior estilo abuelita. No tengas temor de ser sexy sin rayar en lo vulgar. Ser mujer no es pecado, y ese es tu hombre. Es mandato de la Biblia que él se recree con la mujer de su juventud. Recréalo.

Espero que estas sugerencias les sean de utilidad. Si tienen mayores dudas, por favor no teman consultar a su terapista de familia o sexólogo de preferencia. Recuerden que el sexo lo puso Dios en la Tierra para que nos enseñoreáramos de ella. Les invito a que me ayuden a rescatar lo que es el verdadero significado de la relación sexual de pareja, de ese símbolo de amor que debe representar este acto sagrado de la Naturaleza.

http://www.idacraddock.org/